domingo, 4 de septiembre de 2011

Ollantaytambo


Ciudad Imperial (Octava Parte) 

Nuestra foto portada: luego de la chicha subimos más felices y hermanadas


Nos fuimos al Valle del Urubamba y llegamos a Ollantaytambo (75 Km de la Ciudad del Cusco). Allí, por fin, nos tomamos unas frutilladas antes de ingresar al sitio. Es irremediable no sentir y guardar un delicado silencio ante tanta belleza. 

Subimos, subimos y subimos.
-¿Qué sientes? - dijo Hilda.
- Me tiemblan las piernas pero cada vez están más fuertes. 

Hay momentos en la vida...que mirar al horizonte no es solo mirar

La imponencia de Ollantaytambo, fortaleza resguardada por templos, andenes y murallas maravillosas

Cielo perfecto de un celeste indefinible...

Es interesante observar la distribución urbana de este sitio. Calles rectas, viviendas estrechas...

Ollantaytambo fue construído estrategicamente sobre dos montañas


Sonríe Hilda...empecemos la canción

Llegó el momento de desengañarnos, ahora el tiempo aviva nuestra fuerza, nuestra fuerza.
Que se sientan dentro las canciones (...)
Cargando los resquicios de la mente, de la mente...respira muy hondo cuando aprietas...

En los astros se leen nuevas cosas, que alumbran a mi cueva de esperanza, de esperanza, de esperanza...

Fue allí donde nos enrolamos al ejército de las montañas

Nos quedamos mucho tiempo observando, inmóviles...

Ollantaytambo, en quechua Ullantay Tampu
Sonrisa...
Desde todos los ángulos...nos llevamos sus espacios


Agua





¡ Qué 
viva el Cusco y sus alrededores!


Subir, subir, subir...

Gracias rayos...a estas alturas del camino, mi corazón ya estaba en paz


Donde vivieron y viven todavía, los gentiles por las noches
Hilda...en el valle

Serpentina serpiente serpenteante

El beso de sus cálidas murallas
Que me crezcan alas...
Resistencia...


Creo que si volvemos...nos ocultaremos bajo una piedra 

 Si fueramos músicos y no solo periodistas, esta sería la foto de la portada de nuestro disco:
"Rockeras del Urumbamba"- Tributo a "El Polen"


sábado, 3 de septiembre de 2011

¿Maypiqtaq kanki?


Ciudad Imperial (Séptima Parte)
Atrapamos esta vista en el camino...nuestra foto portada
Luego de nuestro largo paseo por Saqsaywaman (el día anterior), la llamada telefónica de mi hermano me despertó esa mañana. Quizá por una necesidad, nunca dejé de acercarme a la ventana, guiada por una especie de redención extraordinaria: “Buenos días Cusco”.

Ese día, detrás del balconcito de madera y frente a mí, la figura de un joven hermoso caminando por la calle San Bernardo; llevaba puestas unas ojotas (sandalias de caucho) que me gustaron demasiado, recordé que tuve unas, hasta que las perdí en una tarde de mar. Me gustaron sus pies; los rayos del sol le daban al rostro. Él intentaba ocultar sus ojos - no sé si verdes o azules pero que me gusta imaginarlos café -  con sus brazos poblados por rubicundos vellos. Lo vi desaparecer al doblar la esquina.  Se me perdió entre las piedras;  sin embargo,  me encantó sentirlo aquel día en ese espacio y con ese místico silencio que tan solo duraron, menos de veintisiete segundos, o quizá veintiocho. Le envié al caminante algunos pensamientos bonitos antes de cerrar la ventana.

Fernet con coca

Fuimos hasta la casa de Cristian (mi hermano, quien vive en Cusco hace cinco años). Silvia no nos acompañó, se nos puso rebelde y decidió quedarse a dormir todo el día. Hilda le insistió pero yo no le dije nada. Justo en aquella madrugada, tuve una pequeña discusión con Sisy, por algunas razones absurdas que no vienen al caso contar, justo después de salir del “Mythology” - club nocturno frente a la Plaza de Armas - y en donde luego de tomarme un Fernet con coca, mi presión se fue al piso.



Tambo, tambito, tambo…


Llegamos a su casa. Ese día Cristian me prestó su gorra y en el acto, me dio demasiadas indicaciones: “Me la cuidas, no se te vaya a perder”, “es de la marca tal…”, “me costó tanto”. No le dije nada. Abandonamos su casa y nos subimos a una combi en la Av. La Cultura. Queríamos ir primero a Tambomachay y luego a Puka Pukara, dos sitios arqueológicos a 7 km de la ciudad, y así lo hicimos.

Llegamos a Tambomachay, cuyo nombre significa “Lugar de descanso” y que fuera conocido como el “Baño de Ñusta”. En este lugar, sus acueductos llevan el agua de manantiales todo el año y se señala además, que  fue una de las vías del Kapaq Ñan (o Camino Inca)  hacia el Antisuyo. Debo mencionar que cada día fue superando al otro durante nuestro viaje, pero debo agregar, que cada uno de los lugares visitados fue único e irrepetible.
Vida que reaparece empedrada




Tambomachay
Parecía pintada

Al salir de Tambomachay, nos dirigimos a Puka Pukara, pero antes; encontramos en el camino a una anciana que vendía una especie de estofado con papas, algunas hierbas y cochayuyo. Ella, mientras servía el plato que compartí con Hilda aquella mañana, me iba contando una pequeña parte de su vida en quechua.

- ¿Maypiqtaq kanki?
- Limaymanta


La escuché, identifiqué algunas palabras que conocía y fui hilando las penas que me iba contando. Era viuda, tuvo diez hijos y en ese momento mantenía una disputa con una señora que vendía choclos y que la hostigaba para que dejara de vender su pequeña olla a la salida de aquel sitio. “Chau mami, hasta pronto y gracias”. Ella se despidió de nosotras en quechua. Volteé y fue hermoso verla al costado de la carretera, bajo aquel cielo, sobre el arbusto verde y  amarillo. Parecía pintada.

Avanzamos unos metros y decidimos dormir un rato. El sol estaba tan radiante, que nos dejamos recargar. Hilda habló de pilas y baterías con necesidades. Luego se nos juntó una perrita hermosa. Pensé en mi hermano y sus indicaciones. Me quité el gorro y decidí protegerla del sol. Hilda sacó la foto.
Contra los rayos ultra...
Las primeras pistas

En Puka Pukara (“Fortaleza Colorada”), aprendimos de una guía ultra emocionada que nos hacía preguntas muy obvias y que hasta bromeamos (claro, a espaldas suyas), sobre su  posible consumo de estupefacientes . Me disculpo con nuestra guía, que fue a la única que contratamos en todo nuestro recorrido y a la que intentamos pagar muy bien (por lo divertida). Ella me dio un nombre: Víctor Angles Vargas. Días después, busqué el libro de este importante historiador cusqueño en la Biblioteca del Qoricancha, a la que llegué, ciertamente, por aquellas casualidades de la vida…tropezando.

No quiero dejar de mencionar que, Puka Pukara, fue un puesto de control de tránsito peatonal y administrativo, que sirvió de cuartel militar (constituyéndose según estudios como un puesto de control para el ingreso a Tambomachay), además de servir como “tambo” (lugar donde se guardaron los alimentos), durante el dominio de  incas sobres estas tierras, que vinimos a reencontrar.
Nuestra guía en Puka Pukara

Las piedras son más pequeñas aquí...


Una maqueta de Machu Picchu



El barrio de San Blas
Las piletas del Barrio de San Blas...magia que atrapa

Volvimos muertas al hotel. Encontramos como siempre, a una sonriente Maruja Carolina (la encargada del hospedaje por las mañanas). No olvido lo que nos dijo la noche antes de partir: “No se vayan, ahora con quien me voy a reír”. Prometimos volver y llevarla a bailar.

Silvia llegó y nos alcanzó las llaves. No recuerdo si dormimos, pero esa misma noche paseamos por San Blas con mi hermano. Sisy ya estaba con mejor semblante y se puso sus jeans agujereados. Hubo una disputa por los cigarros entre los tres (Cris, Hilda y Sisy). Caminamos mucho aquella noche fría, en la que intentamos “calentarnos” con un ron. Nos tomamos algunas fotos. Luego Cris dijo algo que se nos quedó muy presente: “Dicen que si te enamoras en San Blas, aquello dura para siempre”.

Ese día empezó nuestro vicio por “Los Siete Angelitos”. No dejaré de recomendarlo, lo que sigue ya fue descrito con detalle en el post anterior (http://kunanpatty.blogspot.com/2011/08/viceversa.html).  Aquí Hilda les da la bienvenida.
Los invito a ver este video histórico que es un complemento ineludible de este post, ustedes se darán cuenta al sentirlo e interpretarán con libertad su verdadero sentido:

El Polen y Cusco...El Cusco y Polen...


"Mañana yo estaré contigo, 
porque tu altura me llama..." 
                                                                        Hasta la próxima.

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